En este recorrer la historia de la música ciudadana, vamos adentrándonos en los años cuarenta. Tiempos en los que el tango supo ganarse un merecido lugar en base al talento de sus intérpretes y a la calidad artística que nutría cada escenario.
Es que la Década del 40 fue calificada como «la década de oro del tango». Y merecido calificativo, dicho sea de paso. Esto, aunque este juicio laudatorio fuera rechazado por otros sectores que disentían al respecto. Pero bueno, en nuestro país, es normal este cruce de opiniones.
Aunque este entrecruzamiento de ideas dispares no tenía ni tiene mayor importancia, lo que cuenta aquí es encontrar los argumentos que avalan los que elogian aquella frase.
Los años cuarenta constituyeron un período en el que actuaron artistas excepcionales, sin por esto desprestigiar los artistas precedentes. A ver, repasemos… Juan D’Arienzo, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Alferdo De Angelis, Miguel Caló, entre los músicos. y mucho más, claro está. Estos nombres solo son botones de muestra de un interminable listado.
¿Y entre los cantores?. Carlos Dante, Julio Martel, Angel Vargas, Alberto Castillo, Enrique Campos, Floreal Ruiz… tremendos cantores que engalanaron aquellos años dorados.
Los compositores y poetas pusieron lo suyo, que también fue excepcional. A la hora de repasar, tenemos frente a nosotros muchísimos ejemplos de ello para poder seguir mostrando más allá del paso del tiempo. Los testimonios a mostrar son muchos y marcan el enorme aporte que este período hizo a la historia del 2 x 4.
Fue además un proceso puso en marcha todo un movimiento de orden cultural y -por qué no decirlo- económico y comercial.