El tango es una intervención multicomponente

El neurocientífico Agustín Ibañez, quien forma parte del Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat), la Universidad Adolfo Ibáñez, en Chile, y del Instituto de Salud del Cerebro Global, que depende del Colegio Trinity en Dublín, Irlanda, entre otras instituciones, comentó: “El tango es una especie de intervención multicomponente, al combinar estimulación rítmica, motora, auditiva, psicológica y social”.

En el plano neurológico, bailar tango mejora el control motor, la marcha y la plasticidad cerebral, estimulando circuitos motores y sensoriales.

“Las llamadas funciones ejecutivas, que se requieren para planificar, secuenciar, ejecutar y monitorear tanto la acción como las actividades mentales, son intensamente estimuladas en las complejas secuencias del tango”, expresó Ibáñez, quien también es profesor de la Universidad de San Andrés, en Argentina.

Otros beneficios son que el tango ayuda a reducir síntomas de depresión y ansiedad, mejora la cognición al integrar movimientos complejos y ritmo, y fomenta el placer y la autoestima.

“Socialmente, promueve la interacción y reduce el aislamiento, lo que incrementa los comportamientos de cooperación y la empatía, dos aspectos clave de nuestra salud cerebral”, afirmó.

Puede ralentizar el deterioro cognitivo y motor. “De esta manera, ofrece una intervención no farmacológica efectiva que mejora la calidad de vida y el bienestar integral”, sostuvo.

El tango tiene un efecto muy especial en el cerebro. Nuestro equipo demostró en 2014 que el cerebro de los expertos tangueros tiene una capacidad única. Anticipa errores en secuencias de otros bailarines antes de que ocurran, posee una organización funcional única de sus redes, y permite identificar el nivel de experticia de un tanguero por sí solo”, mencionó Ibáñez.

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