Si San Telmo es el corazón del tango, La Boca es su alma vibrante. Este barrio, con su historia de inmigración y trabajo portuario, es un lugar donde la arquitectura y el tango comparten un lenguaje común.
Las casas de chapa pintadas con colores brillantes que caracterizan a La Boca son mucho más que un atractivo visual. Estas viviendas, conocidas como conventillos, fueron el hogar de los inmigrantes italianos que llegaron al barrio a finales del siglo XIX. En estos espacios, marcados por la convivencia y la diversidad, surgieron las primeras letras y melodías de tango que narraban las luchas y esperanzas de sus habitantes.
Caminito, la calle más famosa del barrio, es un ejemplo de cómo la arquitectura puede convertirse en un escenario vivo para el arte. Flanqueada por casas de colores y esculturas que representan personajes del tango, Caminito es un lugar donde la música y la danza se encuentran con el diseño urbano.
“La Boca es un lugar donde el tango se siente en cada esquina. Su arquitectura colorida y su energía vibrante son un reflejo del espíritu creativo y resiliente de Buenos Aires”, comenta Calcaterra.