El histórico café porteño al que iba Carlos Gardel todavía existe

Las calles porteñas están inundadas de cultura y todos los recovecos de la ciudad tienen alguna anécdota para contar: este bar es uno de los más clásicos y los más históricos de la capital y hasta lo frecuentaba Gardel.

Antes conocido como “Bar Rivadavia”, en la esquina de Rivadavia y Rincón, en el barrio de Congreso, se encuentra el “Café los Angelitos”, uno de los más tradicionales y amados de la Ciudad de Buenos Aires.

Su nombre cambió porque, con el paso del tiempo, los vecinos y la policía de la zona comenzaron a llamarlo – irónica y sarcásticamente -el bar de “los angelitos” por la cantidad de peleas que ocurrían dentro de sus puertas, en una época en la que por las calles porteñas rondaban rufianes y buscapleitos.

Con la construcción del Congreso a unas pocas cuadras de Los Angelitos, muchos políticos comenzaron a frecuentar el café para el almuerzo o un necesario café de media tarde. Con ellos también llegaron muchos célebres pensadores, literatos y músicos de la época.

Incluso, el bar recibió el honor de que se le escriba una canción que quedó en la historia como una de las más conocidas del país: “Café de los Angelitos” con música de José Razzano y letra de Cátulo Castillo.

Claro que al hablar de los icónicos músicos argentinos que pasan día por medio, sino todos los días, por Los Angelitos no puede faltar Carlos Gardel. El tanguero no sólo era fanático del lugar, sino que también lo eligió para firmar su contrato discográfico.

Los empleados de la casa suelen comentar que el famoso artista celebraba con pucheros sus victorias y que llegaba a cenar a altas horas de la madrugada. En el ingreso al “Café de los Angelitos”, se puede leer: “Usted está donde paraba Gardel, porteños desde 1890 y tangueros desde siempre”.